Salí tranquilamente con mi hija a llenar el depósito del coche ajeno a lo que se me venía encima; la gasolinera pequeña de la vuelta de la esquina estaba ocupada por varios coches por lo que opté por desplazarme a la que se encuentra en las afueras del pueblo pero cual sería mi sorpresa al comprobar (cosa que no había ocurrido antes) que se encontraba abarrotada de vehículos que hacía cola para respostar.
Media hora tardé en poder echar gasolina y me quedé porque no me quedaba más remedio (el depósito estaba próximo a entrar en la reserva y no me gusta apurar tanto); mientras esperaba pacientemente, jugando con Cristina, a que me tocase el turno me preguntaba qué estaría ocurriendo para verme involucrado en una situación así (¿y luego dicen que el gasóleo está caro?).
Estando en esas recordé que en el café del jueves una de las compañeras comentó que quería ir a repostar no fuese a agotarse la gasolina en los surtidores debido a la huelga de los transportistas.
Curiosamente se ha desatado la psicosis entre los consumidores que «precavidos ellos» se han tirado al surtidor más cercano para llenar sus depósitos.
La Huelga se anuncia indefinida aunque, como es de suponer, en algún momento tendrá que finalizar. Si hacemos algo de memoria podríamos recordar que en la última ocasión la Guardia Civil se vio obligada a escoltar los camiones cisternas con objeto de garantizar el suministro a las estaciones de servicio, ¿será necesario en esta ocasión?
Se comenta que la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) ha convocado una manifestación para el 19 de junio (¿llegarán los transportistas a esa fecha?) coincidiendo con el inicio de las vacaciones de algunos privilegiados (tal y como está la cosa, las vacaciones son un lujo).
Los agricultores se ponen en huelga y eso que son de los pocos colectivos que tienen reducción en el precio gracias al gasóleo agrícola o gasóleo B.
Entiendo que los precios están altos y a pesar de las bonificaciones con las que cuentan les cueste mantener su negocio pero, está alto para todos debiendo ser el Gobierno el que tome cartas en el asunto. Al final como siempre, seremos los consumidores finales (que ya nos duele cuando llenamos el depósito) los que paguemos el pato de las subidas en los precios (que se llevarán los intermediarios) y encima nos tendremos que tragar semanas de movilizaciones, manifestaciones y similares 😦
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