Y es que tras leer en Barrapunto que OCZ (uno de los principales fabricantes de discos SSD) está iniciando los trámites para declararse en quiebra la sensación que tengo es que no es suficiente con buscar un dispositivo que cumpla la regla de las «tres Bs» (Bueno, Bonito, Barato) sino que además hay que estudiar la cuenta de resultados de la empresa fabricante para evitar que nuestro flamante dispositivo pase, de la noche a la mañana a dejar de tener garantía.
Yo sigo disfrutando de mi primer disco sólido (no descarto comprar en el corto plazo otro) pero, teniendo en cuenta lo «sensible» que resulta esta tecnología, me gustaría poder contar con su correspondiente garantía por si dura menos de lo esperado 😉